miércoles, 13 de marzo de 2019

Evaluación del funcionamiento visual

 

La medición de la agudeza visual en niños representa un importante reto para el optómetra, dado que puede ser una tarea laboriosa que requiere paciencia y conocimiento; esto es especialmente cierto en los niños más pequeños, quienes suelen perder interés rápidamente durante la valoración de la agudeza visual (Technology for VISION 2020, 2004). 

Las tareas de agudeza visual para niños pequeños pueden dividirse en tres subtipos de acuerdo con el tipo de estímulo usado (Rydberg, Ericson, Lennerstrand, Jacobson & Lindstedt, 1999). 

1. Agudeza visual de detección: el estímulo debe ser detectado o distinguido del fondo. 

2. Agudeza visual de resolución: el patrón estímulo debe ser resuelto como se hace con los tests de mirada preferencial. 

3. Agudeza visual de reconocimiento: el estímulo debe ser reconocido por el sujeto como se evalúa con los tests de letras o símbolos. 

Cada uno de estos valores de agudeza visual puede arrojar diferentes valores y sus resultados pueden verse afectados en diversa medida por alteraciones como la ambliopía y la baja visión, trastornos en los que generalmente se ve un incremento en la disparidad entre los diferentes tipos de agudeza visual (Leat, Shute & Westall, 1999). 

De acuerdo con el estímulo visual utilizado, la evaluación de la agudeza visual en infantes y niños es un proceso de dos pasos en que el niño responde a un estímulo con un comportamiento o de forma verbal y el evaluador interpreta esta respuesta como indicativo de que el niño percibe o no el estímulo (Harvey, Dobson, Tung, Quinn & Hardy for the Cryotherapy for Retinopathy of Prematurity Cooperative Group, 1999).

La edad de aplicación de las pruebas de mirada preferencial va desde los seis meses hasta los tres años (Dobson, Salem, Mayer, Moss & Sebris, 1985). Algunos autores afirman que permite evaluar más fácilmente la agudeza visual en pacientes de 0 a 12 meses que en niños de 12 a 24 meses (Kohl & Samek, 1988). Las técnicas de mirada preferencial proveen un método práctico para medir y comparar agudeza visual monocular y binocular en infantes.

Entre las pruebas de mirada preferencial más utilizadas se encuentran las cartillas de Teller (figura 1), introducidas por Teller y colaboradores en los años ochenta con el fin de proveer un método para medir de manera fácil la agudeza visual en los niños en la práctica clínica (Mein y Trimble, 1991). Permiten una evaluación rápida (5 a 6 minutos) de los niños normales por su fácil aplicación en este grupo de edad (Cavallini, Fazzi, Viviani, Astori,
Zaverio, Bianchi & Lanzi, 2002; Kubatko-Zielińska, Krzystkowa & Pociej-Zero, 1993; Vital-Durand et ál., 1989). Son 17 cartulinas que tienen a un lado un patrón de franjas verticales blancas y negras y al otro una zona de un gris uniforme de igual luminancia media. En cada cartilla, las franjas tienen diferente frecuencia espacial; en el centro poseen un pequeño agujero por el que el profesional observa la respuesta del niño (Matilla & Bueno, 2004). 

Cada lámina es presentada al paciente cuatro veces y el examinador debe alternar la posición de presentación al azar. El paciente deberá identificar correctamente por lo menos tres de las cuatro presentaciones, para que pueda juzgarse que ése es su umbral de reconocimiento. Se van presentando de las franjas más gruesas a las más finas hasta que el examinador no pueda juzgar la posición del patrón de franjas por los movimientos oculares del paciente. El test se realiza a una distancia de 38 cm. Los resultados de agudeza visual se registran usualmente en ciclos por grado y la prueba provee una conversión al sistema Snellen que puede ayudar al optómetra a relacionar la medición con estas fracciones más familiares. Sin embargo, es importante recordar que estas técnicas de mirada preferencial proveen una medida de la agudeza visual de resolución que no es estrictamente igual a la agudeza visual de Snellen (reconocimiento) y cuya conversión tiene un significado limitado (Leat et ál., 1999).  

Como una alternativa para evaluar la agudeza visual en discapacidad intelectual en niños de 1 a 3 años y preescolares o adultos con discapacidad intelectual se desarrolló el test de Cardiff (Adoh, Woodhouse & Oduwaiye, 1992). Éste utiliza optotipos desvanecidos y la técnica de mirada preferencial. Según los autores del test, provee una medición realista de la agudeza visual y su aplicación comprobó ser altamente exitosa y de rápida administración en niños preescolares (Adoh & Woodhouse, 1994). Consta de un juego de
tarjetas con 12 niveles de agudeza visual (36 tarjetas), cada una de las cuales mide aproximadamente de 20 a 27 cm, y se puede aplicar a 50 cm o 1 m. Está basado en los principios de los tests de patrones de franjas, pero utiliza dibujos construidos a partir de líneas blancas y negras como el estímulo. Como los tests de patrones de franjas estos “optotipos invisibles” desaparecen en el fondo gris cuando las líneas están más allá del límite de resolución del niño. El niño puede nombrar las figuras (Leat et ál., 1999); sin embargo, deberá observarse el movimiento de los ojos del paciente. 

Para la evaluación de los niños de edad preescolar se utiliza la cartilla de símbolos de Lea (figura 3), desarrollada en 1976 y llamada así en honor a su inventora Lea Hyvärinen de Finlandia. Usa una serie de optotipos simbólicos de una manzana, una casa, un cuadrado y un círculo. Existen varias versiones para visión lejana, cercana, sensibilidad al contraste, ambliopía y daño cerebral (Repka, 2002; Messina, 2006). 


Símbolos de Lea fue la primera cartilla para evaluar la agudeza visual en pacientes pediátricos en escala logMAR. La agudeza visual de lejos se evalúa a tres metros, aunque en niños muy pequeños se puede realizar a dos metros. En niños mayores, la evaluación puede hacerse a seis metros. 

Para la evaluación de niños de 5 años y mayores se utiliza el optotipo de Lea de visión lejana plegable de quince líneas, que consta de dos o tres juegos de símbolos en las líneas inferiores que permiten medir las agudezas visuales monocular (ojo derecho y ojo izquierdo) y binocular utilizando un juego diferente de símbolos; de esta forma se evita la memorización. Sin embargo, estas cartillas con diferentes juegos de símbolos en la parte inferior tienen un alto grado de dificultad para los niños de 3 y 4 años, para los que se recomienda la cartilla de diez líneas y solo un set de símbolos (www.lea-test.fi). Se ha encontrado que la prueba de Lea es útil para la evaluación de niños en edad preescolar y que la variabilidad en los resultados de agudeza visual puede deberse a la cooperación (Becker, Hübsch, Gräf, & Kaufmann, 2002). Asimismo, los hallazgos indican que detecta de manera confiable la ambliopía en pacientes colaboradores (Becker, 2000; Gräf, Becker & Kaufmann, 2000) y que provee una medición de las diferencias interoculares, similar a la obtenida con el test de Bailey Lovie. Sin embargo, los resultados de agudeza visual monocular obtenidos con Lea difieren de los obtenidos con Bailey Lovie; la diferencia depende del nivel individual absoluto de agudeza visual (Dobson, Maguire, Orel-Bixler, Quinn, & Ying. Vision in Preschoolers (VIP) Study Group, 2003). 

El HOTV es un test que puede utilizarse para la evaluación de la agudeza visual en los niños de edad preescolar (figura 4). Está diseñado con cuatro optotipos de las letras H, O, T y V en versión sans serif. Estas letras fueron elegidas por ser igualmente reconocibles
y máximamente distinguibles. Primero se enseñan los símbolos al niño utilizando tarjetas de demostración y luego se realiza el examen con el optotipo (Messina, 2008).








file:///C:/Users/luz/Downloads/Dialnet-PruebasParaLaEvaluacionDeLaAgudezaVisualEnPaciente-5599320.pdf

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